Only Lovers Left Alive


Sólo el cine clásico podría reivindicar la figura prostituida y rebajada del único dueño del erotismo nocturno, el habitante nocturno que enamora y erotiza antes de disponerse a vaciar y saciar su existencia con el líquido vital, rojo y tibio, preciado tesoro y elixir permitido para Adam (Tom Hiddleston), el vampiro más decepcionado de su presente, tan nostálgico de la música y el estilo de vida del pasado, tan poético y encerrado en sí mismo.

El vampiro creado por Jim Jarmush, es una ex estrella de rock, un ex amante, un melancólico y romántico ser de la noche que evita el contacto con el mundo, con sus antiguos seguidores, con su pasado; la única persona que puede acercarlo de nuevo a ese placer de gobernar la oscuridad es, su antigua, insatisfecha y lejana pareja, Eve (Tilda Swinton), derrochadora de estilo y del placer del viajero nocturno, conocedora de la fragilidad de las relaciones de pareja y sin conflictos con la distancia y la frialdad de intimar con el obligado saludo a través de la fibra óptica.

Los amantes se reúnen por petición y deseo de Eve, retoman y redescubren un poco del ímpetu del pasado en épocas y tiempos más salvajes, más livianos, más hambrientos; Adam es el único que no comprende la descomposición humana, la fragilidad y banalidad de los nuevos tiempos, sin ideales, sin héroes, sin nada por lo que valga la pena sacrificarse; es un Adam con una ideología posmoderna, en conflicto con su presente y añorando un pasado idealizado.

Eve, es la entrega y el deseo de sus pasiones básicas, terrenales y eróticas; es alguien que no pelea con su tiempo y sus circunstancias, es una mujer-vampiro adecuada y participante de su época, donde ellas retoman su lugar y su autonomía, y al mismo tiempo no niega su deseo de reunirse con su amante; ella es el presente y la modernidad construida por sí misma.

Son ambos un poco de recuerdo fatigado, y otro poco del anhelo de retomar aquella vida donde el estar juntos no es un conflicto a futuro. Cuando el tema y los dramas juveniles de vampiros risibles-derechistas-asexuados, se vició y se agotó como una formula ridícula y telenovelesca, Jim Jarmush, rescata la figura y el legado del vampiro cautivante, indescifrable y magnético.

Los amantes sobreviven al tiempo y la distancia, al olvido y la sobreexplotación mercantil de su legado; sobreviven a la apatía de una época y un momento donde es más fácil destruir historias que crearlas; son esos amantes los que vale la pena redescubrir en su mejor versión que el cine hizo de ellos en los últimos años.

Deja un comentario